Apologías del giro

El giro es el protagonista de las tres obras que conforman esta muestra. Giro como reivindicación, como baile, como experimento. Rotaciones emocionales y estéticas, movimientos circulares hipnóticos. Cuerpos y formas que se mueven libres o condicionados, belleza y reflexión en el simple acto de girar.

Desmontando las múltiples acepciones de la expresión inglesa “Idle woman”, Anna Gimein construye en De la O un autorretrato poético de forma circular donde el giro es el movimiento que todo lo enlaza y del que se sirve para crear una bella metáfora visual en la que nos adentramos guiados por su narración, acompañada por sonidos rítmicos de raices flamencas.

En esta videoinstalación con tres proyectores se suceden imágenes de archivo, en su mayoría del siglo XIX e inicios del XX, donde las protagonistas bailan y danzan en múltiples estilos. Giran sobre sí mismas como giran también algunos mecanismos en vacío. En otras secuencias vemos masas de gente moviéndose en círculos igual que da vueltas el planeta que pisan. La artista reivindica así su propio viraje existencial y el de todas las mujeres y nos invita a cuestionar los movimientos pautados. Alejarse del equilibrio establecido, girar por girar, con locura y sin sentido, perdiendo el tiempo.

En “Bomarzo” , Adriana Bustos, nos muestra un plano fijo de un vaso donde cocaína es disuelta en agua y lavandina, proceso usado por los dealers para determinar el gradiente de pureza separando el clorhidrato puro de la sustancia de corte.

Vórtices y espirales se crean dentro del recipiente donde la sustancia pasa de la agitación inicial a un estado reposado donde, en suaves vueltas, flotan formas que sugieren la formación de un pequeño universo. Belleza luminosa que contrasta con lo oscuridad detrás del tráfico del polvo blanco. El giro hipnótico es realzado por el sonido estructurado como un motete, forma musical antecedente de la polifonía, donde se aúnan voces en diferentes idiomas y entre las que escuchamos también extractos de relatos de las mujeres mula entrevistadas en la cárcel de Bouwer en la ciudad de Córdoba.

Maureen Muse nos propone una experiencia visual donde todo da vueltas.

Esta exploración cinematográfica en 16mm llamada Plaza Nelson Mandela parte de este popular lugar de Lavapiés para ir sumando diferentes espacios en nuevos capítulos.
Durante el rodaje se invita a artistas a interactuar ante el movimiento giratorio de la cámara, dejando que también el azar juegue un rol de selección de los personajes que atraviesan la imagen. La obra, participativa, orgánica y subjetiva, cierra el círculo perfecto al presentarse también proyectada con un sistema giratorio, cohesionando aspecto y contenido.
Una reflexión poético-formal mediante un original proceso iterativo en constante evolución.

Texto: Francisco Pradilla