No les quedaba aliento para decirlo

«My dear, here we must run as fast as we can, just to stay in place. And if you wish to go anywhere you must run twice as fast as that».
Lewis Carroll, 1865.

Flexión, extensión, abducción, aducción, rotación, circunducción, inversión, eversión y todas las combinaciones entre éstas, son posibles desplazamientos de un cuerpo en el espacio. Un plano cenital del techo es el punto de vista. Un mínimo movimiento del hombro y concatenadamente otros músculos van cambiando de posición haciendo imposible paralizar el resto del cuerpo. Nos movemos de un lugar a otro, a veces con un objetivo fijo, otras veces por inercia o como respuesta al movimiento de otros cuerpos, otros objetos.

Si estoy en el metro y alguien invade mi espacio personal me muevo, aunque algunas veces no puedo. Hay un ejercicio, cuando estás aprendiendo a bailar tango, que consiste en que la pareja tiene que moverse sin tocarse, solamente guiándose por la sinergia de los cuerpos, para ello hay que estar muy muy atento al compañer@ que guía, y sentir las sutiles indicaciones de la energía que emana en el enfrentamiento de ambos cuerpos. Toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto, dice la tercera Ley de Newton. Una mariposa mueve sus alas y empieza a llover.

La velocidad a la que vemos pasar una sucesión de imágenes fijas en el cine nos hace creer que estamos presenciando el acontecer de una acción, de un movimiento, ¿pero es esta una mera ilusión, o es que acaso podemos pensar que el movimiento de nuestros cuerpos está compuesto de fotogramas fijos que somos incapaces de percibir como una imagen en movimiento?

La primera vez que retome las clases de natación temblaba de miedo. Temía no recordar nada y quedar completamente vulnerable a los 4 metros de profundidad del agua distribuida en 30 metros de largo. Para mi sorpresa, el cuerpo conocía mejor que yo esos movimientos. El cuerpo tiene memoria, me decían. Automáticamente pensé en las veces en la que me trasladaba a sitios, que si me preguntas, te diría que no sabría llegar, ni tampoco indicarlo en un mapa. Sin embargo, más veces de las que puedo contar con los dedos de ambas manos, me he desplazado de un lugar a otro solamente por la memoria que el cuerpo conserva del espacio.

Movimiento inmovilidad, movimientos fijos. En el juego también hay movimiento y una acción demanda una reacción, inclusive si permanecemos inmóviles, como en un mannequin challenge esperando el movimiento de una cámara.

Para Gadamer jugar es siempre jugar-con, incluso quien mira el juego participa. Y, en ese sentido, “toda obra deja al que la recibe un espacio de juego que tiene que rellenar”. Pero, si una obra aborda el juego, ¿nos posicionamos ante una tautología? Jugar para jugar, jugar para jugar-con, accionar para desacelerar.

En este continuo de movimientos y reacciones, el juego de los cuerpos en el espacio deviene en un complejo entramado de interacciones y memorias, la velocidad en la que transcurren las sucesiones de fotogramas imperceptible a nuestros ojos queda expuesta. Nos desplazamos de un lugar a otro, a veces con un objetivo fijo, otras veces por inercia, respondiendo al entorno y a otros cuerpos. Al final, seguimos corriendo, quizás sin la intención de avanzar, sino simplemente para permanecer en el mismo lugar.

Texto: Yese Astarloa