A pesar de la oscuridad
Fun Facts of Movie
Unas cámaras fijas registran el tiempo en constante vigilancia, calculan a través de los movimientos del caracol o de la hormiga la cronología perfecta del espacio, casi como un ritual de pulsiones que, poco a poco, se convierte en una imagen con capacidad de ser añorada. En los vídeos, el lápiz del artista persigue y traza los fugaces caminos construyendo una especie de laberinto geográfico que se cierra sobre si mismo planteando una serie de interrogantes que se repiten constantemente.
En A pesar de la oscuridad, se hace patente el interés por los signos de lo vivido, por las huellas y por las formas generadas.Esta obra pretende poner en cuestión la realidad misma, ofreciendo una mirada alternativa desde la observación de una naturaleza con múltiples posibilidades de narración. Así, las propuestas deambulan por un núcleo crítico capaz de reflexionar sobre cuestiones relacionadas con la identidad y su interacción con el entorno. Nos permite, de este modo, reconstruir escenarios a través de los indicadores que marcan los animales protagonistas, desplazamientos e itinerarios que materializa para cartografiar los territorios en un proceso de experiencia de la naturaleza. En este proyecto la representación no es sólo documento, sino un indicio, una herramienta de percepción esencial para definir el posicionamiento de los gestos que se producen a lo largo del tiempo, elaborando una gramática amparada en la intervención del artista que revisa el paradigma antropocéntrico. Es evidente que la naturaleza no está domesticada, pero podemos habitarla, ser parte de su relato, plantear una suma de memorias que ponga de manifiesto la vulnerabilidad del presente e, incluso, del futuro. En este planteamiento desentraño lo sucedido, el rastro inmanente de la vida, lo que ya ha pasado, pero permanece latente ante nuestra mirada porque sigue perteneciendo al ahora.
Se trata de una suerte de inconsciente óptico benjaminiano que va más allá de la interpretación, revelándose como el eco de un diálogo alumbrado en la propia naturaleza. Ramón G. Palazón hace que seamos capaces de captar la naturaleza transitoria, al tiempo que la recontextualiza dejando al descubierto una serie de abismos a los que hay que caer si queremos poder rastrear cada uno de sus planteamientos. Dentro del abismo, no obstante, se abre paso la luz que a pesar de la oscuridad permanece inseparable.